jueves, 2 de septiembre de 2010

4 Tipo de vegetacion

TEMPERATURAS


Las pluvisilvas son cálidas y húmedas; la temperatura media anual es de unos 25 ºC. La temperatura en latitudes cercanas al ecuador varía poco a lo largo del año, de modo que las temperaturas de las pluvisilva vienen a ser siempre las mismas. Las mínimas mensuales medias están en torno a unos tibios 18 ºC. De hecho, no se encuentran pluvisilva en ningún lugar en el que las temperaturas puedan llegar a caer hasta los 0 ºC porque las plantas y animales de la pluvisilva no están adaptados para resistir la escarcha. La temperatura no depende tan sólo de la distancia al ecuador sino también de la altitud. A medida que aumenta ésta, las temperaturas nocturnas caen considerablemente. La variación diaria de las temperaturas afecta a las especies forestales, de modo que no se suelen encontrar pluvisilvas por encima de los 1.000 m.





PRECIPITACIONES

Las precipitaciones en las pluvisilvas varían entre los 1.800 mm y los 9.000 mm al año. Lo que distingue a una auténtica selva lluviosa es la distribución de las precipitaciones a lo largo del año, ya que no existe una estación seca. Cada mes cae un mínimo de 100 mm de agua en forma de lluvia. Si una pluvisilva tiene periodos secos, éstos son normalmente cortos e imprevisibles.

En muchos climas, el vapor del agua de lluvia es transportado para caer en forma de lluvia en lugares alejados, pero en las selvas lluviosas casi el 50% de las precipitaciones provienen de la evaporación local. El aire húmedo y cálido que flota en una pluvisilva constituye un microclima que no permite que escape mucho agua. Buena parte de la lluvia que cae sobre una pluvisilva se queda en las copas de los árboles más altos. Parte de ella resbala por sus hojas y troncos hasta los árboles y plantas más bajas, pero un buen porcentaje se evapora y se condensa en forma de pequeñas gotitas que flotan en la húmeda atmósfera. Los vientos suaves y continuos elevan estas gotitas hasta capas más altas de la atmósfera donde se enfrían y forman nubes. Cuando una cantidad suficiente de estas gotas se enfría, se condensan y caen en forma de lluvia, comenzando de nuevo el ciclo.



ESTRUCTURA FORESTAL

La estructura de una pluvisilva es diferente de otros tipos de bosque por su cantidad de capas vegetales, a las que se conoce como estratos. El estrato más bajo es el monte bajo, compuesto de palmas, plantas herbáceas (como el jengibre silvestre), pimpollos y retoños. Sólo un 2% de la luz solar llega hasta este estrato, de modo que las especies que lo habitan han desarrollado adaptaciones especiales para sobrevivir con poca luz. Muchas tienen una coloración rojiza en el envés de sus hojas para capturar algo de la escasa luz que llega al monte bajo. Esta coloración permite a las plantas absorber luz de un espectro diferente al que acceden las verdes y exuberantes plantas de la bóveda vegetal. Por encima del monte bajo, pero por debajo de la bóveda, existen uno o varios estratos de plantas leñosas, como arbustos grandes y árboles de mediana altura.


El techo es la bóveda vegetal, en la que las copas de los árboles forman una capa continua que captura la mayor parte del agua de lluvia y de la luz solar que llega a la selva. La altura de la bóveda depende de la región y del tipo de selva, y puede variar entre los 20 y los 50 m. La exuberante y verde bóveda explota de vida, y los botánicos han inventado ingeniosos métodos para acceder a este misterioso ecosistema. Los investigadores usan globos de aire caliente, cables, pasarelas, torres, sofisticadas aparatos para trepar a los árboles e incluso robots para estudias los millones de plantas y animales que buscan su hogar en la cubierta vegetal. Los que estudian este ecosistema también utilizan grandes grúas lanzadas desde helicópteros al corazón del bosque. Suspendida del brazo de largo y móvil brazo de la grúa se encuentra una gran góndola que funciona como laboratorio móvil. Saltando de árbol en árbol, los biólogos recogen muestras, hacen experimentos y observan la vida en la frontera de la bóveda vegetal.


El estrato más alto de la pluvisilva lo forman los árboles emergentes, aquellos ejemplares que destacan por encima de la bóveda vegetal. Los emergentes, que no forman una capa continua, son, por lo general, los gigantes del bosque, que alcanza alturas entre los 35 y los 70 m, e incluso más, con anchos de tronco de más de 2 m de diámetro. Menos de un 1% de los árboles del bosque pertenecen a la bóveda vegetal o los emergentes. Sin embargo, suelen ser tan grandes que entre todos representan la mayor parte de la masa forestal, o biomasa, del bosque.

La hermosa ordenación por niveles de la pluvisilva, incluida la capa continua de la bóveda vegetal, se ve perturbada regularmente por sucesos naturales, como la caída de árboles. Los árboles de una pluvisilva suelen estar unidos por lianas, y al caer un árbol puede echar abajo a otros, produciendo un efecto dominó. El claro abierto de este modo en la bóveda vegetal permite a la luz llegar hasta el suelo del bosque. Nuevas plantas y animales se mudan a esa zona y comienzan a crecer.


Otros trastornos naturales pueden abrir claros aún mayores. Por ejemplo, a lo largo de la zona devastada por los huracanes en el mar Caribe y la que atraviesan los tifones en el Pacífico occidental, algunos bosques se ven alteradas substancialmente cuando las tormentas y los fuertes vientos echan abajo centenares de árboles cada pocos años. A menor escala, grandes mamíferos como los elefantes, devastan regularmente la vegetación en la cuenca del río Congo en África. Los científicos han descubierto que estas perturbaciones naturales y la consiguiente regeneración de la selva forman parte de un proceso natural que produce bosques sanos y diversos.



VIDA VEGETAL

Los ecosistemas de pluvisilva contienen más especies animales y vegetales que ningún otro hábitat en el mundo. Aunque su extensión se ha expandido y contraído con los cambios climáticos habidos en los últimos millones de años, las pluvisilvas están, por lo general, entre los ecosistemas más antiguos de la Tierra. Como resultado de esta continuidad, las pluvisilvas albergan millones de especies diferentes, muchas de las cuales son endémicas, o propias únicamente de hábitat de pluvisilva.






PLANTAS

Aunque contienen numerosas especies, las pluvisilvas son notablemente uniformes en su apariencia general. Muchos árboles tienen troncos altos y esbeltos, que no se ramifican hasta cerca de la copa. Muchos, como los kapok, se apoyan mediante gruesos sostenes que se pueden extender más de 10 m. Estos apoyos proporcionan el sostén necesario a los árboles de la pluvisilva, que pesan más en la copa, ya que los suelos pobres en nutrientes de la pluvisilva dan como resultado raíces frágiles y huecas. La corteza de los árboles de la pluvisilva suele ser delgadas y lisa. Excepciones notables son las palmeras, que son comunes en algunas selvas lluviosas, y sin embargo están ausentes de casi todos los demás tipos de bosque.


Las plantas de la pluvisilva tienen muchas características físicas únicas para aprovechar el hábitat particular, o nicho ecológico, que ocupa esa especie. Las plantas de los niveles bajos y medios del bosque, como las emparentadas con el banano, suelen tener hojas especialmente grandes para capturar tanta luz como sea posible, es decir, la poca luz que no ha sido ya interceptada por la bóveda vegetal. Estas hojas grandes no se secan como harían si estuvieran en lo alto del bosque, donde la intensa radiación solar origina un entorno más seco. Estas tendencias, sin embargo, pueden cambiar cuando se altera el entorno. Los árboles de la bóveda vegetal cambian su forma a lo largo del curso de su vida, dependiendo del entorno que les rodea. Las hojas se suelen hacer más pequeñas a medida que el árbol crece. En algunos casos, las hojas de los especímenes juveniles pueden ser casi diez veces más grandes que las de los adultos de la misma especie.

En el suelo del bosque pobre en nutrientes, muchas plantas como la Astrocaryum sciophilum, perteneciente a la familia de las palmeras, y del tamaño de una persona, recogen los residuos que caen de otras plantas mediante sus hojas con forma de copa para formar su propia reserva de compuestos orgánicos. En las pluvisilvas también viven plantas insectívoras, que recogen gran parte de sus nutrientes capturando animales —en especial insectos— con sus hojas. Entre las plantas insectívoras, están las plantas jarra, propias de Asia tropical. Los insectos se posan sobre sus hojas en forma de tubo y entonces resbalan hasta una cavidad, la jarra, situada en el tallo y llena de jugos digestivos. Allí se disuelve rápidamente el insecto y los nutrientes que contiene son almacenados por la planta. Las pluvisilvas albergan también a la mayor flor del mundo, la rafflesia gigante, conocida comúnmente como el lirio de los muertos. Llega a pesar 7 kg, con pétalos que se abren 1 m. Se conoce a esta flor por su olor pútrido. La planta emite un hedor a carne podrida para atraer a cierto tipo de moscas que son sus polinizadoras.

Las pluvisilvas suelen estar llenas de plantas trepadoras, como las palmeras rattan. Estas trepadoras gruesas y leñosas (llegan a tener 25 cm de diámetro), se encuentran frecuentemente uniendo árboles, ascendiendo hasta las copas y colgando de ellas. Trepando a los árboles, estas lianas exponen sus hojas y sus flores a la luz del Sol, a pájaros e insectos sin gastar la energía necesaria para construir sus propios sistemas de sustentación. Las epifitas, como el musgo, las bromelias y las orquídeas, crecen en los troncos de los árboles o en las intersecciones de las ramas. Como carecen de raíces permanentes en el suelo, las epifitas tienen que obtener sus nutrientes de otras plantas vivas, o captando el agua y la materia orgánica a medida que caen al suelo del bosque. Las bromelias pueden almacenar hasta 38 litros de agua en los tanques que forman con sus hojas superpuestas. Muchas de ellas viven armoniosamente con sus hospedadores, aunque algunas son menos benignas. Las plantas estranguladoras, que empiezan como epifitas, germinan en los árboles de la bóveda vegetal y mandan raíces hasta el suelo. A medida que crecen, estos parásitos envuelven a sus hospedadores hasta que literalmente los estrangulan, en cuyo momento se convierten en árboles propiamente dichos

No hay comentarios:

Publicar un comentario